“Murillo: El riesgo de caminar el mismo sendero que Candín”

Arturo Garrido Alexandrópulos

El Reportero del Agro – 31 de julio de 2025

Nilo Murillo, Director del IMA, le sigue los pasos a Mulino em su soberbia y altivez.

Panamá no olvida. El pasado está lleno de lecciones que el presente se niega a aprender. En el año 2019, el Tribunal de Cuentas declaró culpable a Edwin “Candín” Cárdenas, exdirector del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA), por causar una lesión patrimonial al Estado por más de 5.6 millones de dólares. Su negligencia, su falta de planificación y su gestión oscura con el Programa de Solidaridad Alimentaria le costaron al país millones. Contenedores llenos de arroz y cebolla se pudrieron en los puertos. El dinero público se esfumó entre pagos excesivos, logística ineficiente y productos pagados pero nunca recibidos.

Y ahora, como si el tiempo no hubiera pasado, el IMA vuelve a ser el centro del huracán. Esta vez, bajo la dirección de Nilo Murillo. En su más reciente intervención pública, Murillo se mostró desafiante, altanero y personalista. Reclamó que “nadie lo puede controlar”, que “no acepta dádivas” y que no permitirá que lo limiten. Pero señor Murillo, el problema no es que lo controlen: el problema es que usted debe obedecer la ley. La institucionalidad no es una opción, es una obligación.

En ese mismo discurso, Murillo afirmó que no es posible importar arroz fuera de un contingente ordinario. Aunque parcialmente cierto, omitió —con peligrosa intención— que la Ley 49 de 2017 permite también el contingente por desabastecimiento, siempre y cuando sea recomendado por la Cadena Agroalimentaria del Arroz. Omitir ese detalle no es inocente. Saltarse ese procedimiento sería ilegal. Y si lo hace, estaría caminando directo al mismo destino que su antecesor Candín.

Murillo debe entender que el puesto que ocupa no es suyo, es del pueblo. No fue puesto ahí para actuar a su antojo ni para medir fuerzas con los gremios agropecuarios ni con los productores a los que despectivamente llama “mínimos”. La ley es clara: toda importación de un rubro sensitivo —como el arroz— debe pasar por los mecanismos legales y técnicos establecidos.

Hoy le decimos con total claridad y sin medias tintas: Murillo, cuando leas lo que le sucedió a Candín, más vale que recapacites… o terminarás pagando las consecuencias.

Porque las instituciones no pueden volver a ser arrastradas al lodo por la vanidad, la soberbia o la politiquería. Panamá merece respeto, y el sector agropecuario aún más. Cada dólar público mal utilizado en su gestión será examinado. Cada saco de arroz importado fuera de la Cadena será cuestionado. Y cada palabra ofensiva contra el productor nacional será recordada.

La historia ya dejó huellas claras. Candín cayó. Tú decides si sigues su rastro… o si recapacitas antes de que sea demasiado tarde.

Conclusión: Panamá no necesita un “nuevo Candín”. Necesita servidores públicos humildes, técnicos, obedientes a la ley, y conscientes de que el agro no se manipula ni se improvisa. La Ley 49 de 2017 y la Ley 352 de 2023 existen para proteger la producción nacional, no para que funcionarios las ignoren.

Recomendaciones a Nilo Murillo:

1. Sométase a la Cadena Agroalimentaria del Arroz.

2. Evite toda importación sin acta formal y recomendación legal.

3. Respete a los productores, grandes y pequeños.

4. Recuerde que su cargo tiene fecha de expiración, pero sus errores pueden dejar secuelas permanentes.

5. La historia ya juzgó a Candín. No fuerce al país a tener que juzgarlo a usted.

El agro panameño no se arrodilla. El IMA debe servirlo, no aplastarlo.

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