Editorial 

 

Entender a los gobernantes de turno de Panamá, requiere conocer en primera instancia sus elevados grados de sumisión a los USA y hasta donde pueden llegar, para servir de alfombra o estropajo al ocupante de turno de la embajada estadounidense, en esta ocasión representada por el cubano Kevin Marino Cabrera, quien desde que llegó a Panamá no ha parado de dar órdenes e inmiscuirse en los asuntos internos del país, como un verdadero PROCÓNSUL.

Ante estos elevados y humillantes niveles de intromisión, el gobierno del presidente MULINO, ha guardado silencio absoluto, inclusive, permitió y facilitó un Acuerdo de Bases Militares que, sepulta la lucha generacional de los panameños y especialmente la de los Mártires del 9 de enero de 1964, quienes murieron por recuperar nuestra Soberanía en la Zona del Canal.

Este PROCÓNSUL, lo vemos dando instrucciones a ministros, gobernadores, diputados, al canciller, la policía y otras autoridades, al punto que parece haber instaurado un GOBIERNO PARALELO, donde nada se mueve sin su dedo índice, hecho vergonzante para nuestro país, que denota hasta dónde llega el servilismo y la genuflexión de la clase política oligárquica corrupta, explotadora y pro YANKEE del patio.

Ahora resulta que, el gobierno nacional sin mediar mayor justificación, ha citado a la Honorable Embajadora de la República Popular de China, por haber solicitado a los diputados insurrectos, no viajar a Taiwán, dado que ese proceder va al margen de las buenas relaciones políticas que deben tener Panamá y China, que considera a Taiwán una provincia rebelde, porque dicho acto es considerado una intromisión en los asuntos internos de China, ya que oficialmente, Panamá reconoció desde hace un poco más de ocho años, la existencia de una sola China, decisión que nuestros vecinos, Costa Rica, la adoptó desde el año 2007 y Colombia desde el 7 de febrero de 1980, es decir 45 años atrás.

Desde este medio nos preguntamos: ¿Por qué Mulino no ha citado al Embajador de los USA, por su permanente intervencionismo en Panamá? ¿Esa cita a la embajadora fue impulsada por Kevin Marino? ¿Cuáles son los grados de sumisión de este gobierno a los dictámenes de los USA?, por último, ¿por qué, en vez de citar a la embajadora, no se pronuncia contundentemente en contra de la antinacional iniciativa de estos diputados que viajarán al margen de la cancillería a Taiwán?

La respuesta a estas interrogantes es simple, el gobierno acatará todas las órdenes del embajador, el cual mantiene una línea dirigida a que Panamá, o bien, rompa relaciones con China, o exista un distanciamiento para complacer y encuadrar a nuestro estado, dentro de la política del Departamento de Estado de Unipolaridad y de condición de su “traspatio”, al margen de la realidad mundial de otras potencias emergentes, que nos debe llevar a sostener una postura no alineada que, muchos frutos positivos nos trajo en el pasado y que rescata nuestro legítimo interés nacional.

La citación a la embajadora es otro acto bochornoso del gobierno, donde parece actuar más por impulso o presión de EE.UU. y no atendiendo los genuinos intereses soberanos de Panamá.

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