ESTADOS UNIDOS CONTRA VENEZUELA 

(Parte dos)

Por Gonzalo Delgado Quintero

La tenacidad y resistencia de Venezuela han superado con creces, todo lo actuado por Estados Unidos que ha buscado, busca e insiste por todos los medios, ya desesperadamente, como apoderarse del petróleo de este país sureño.

Esto se explica de manera sencilla al saber las necesidades de EU por abastecerse de combustible al costo más bajo posible o gratis si fuera el caso y cuya única forma posible de hacerlo es robándole a quien lo tenga y se lo deje expropiar. Eso fue lo que intentó en Medio Oriente desde la década de los 90.

Estados Unidos, que durante más de 200 años ha mantenido el concepto de la guerra continua y prolongada, hoy, en su difícil situación, limitada por los errores que lo han llevado a la quiebra reflejada a partir de su auto flagelación y que, además, les ha impuesto a sus aliados, propiciando su modelo económico empobrecedor, de todas formas, necesita y lo está buscando desesperadamente, reflotar su economía y la única forma de tratar de lograrlo es movilizando su letal fuerza militar por un lado y la extorsión arancelaria por el otro.

Pero insisten en lo mismo, porque es la decisión de las élites infladas de enormes fortunas que les vale un rábano y les interesa un bledo el destino de la humanidad, aunque con su destrucción, ellos también sucumban. Es la lógica de lo ilógico y de la sinrazón.

En esa idea de la guerra prolongada, EU, que es el impulsor de toda la debacle, insiste en imponerse e imponerles a sus aliados altos presupuestos para el reglón militar. Sienten y se auto imponen “la necesidad” de mantener en movimiento la maquinaria bélica y el uso de combustible que no tienen tanto, para tal fin, le es fundamental.

El uso de combustible de la flota estadounidense representa cifras billonarias. Este año, el presupuesto de defensa, el más elevado del mundo, es de 895 mil millones de dólares. Eso significa mover portaviones que en promedio consume 200 mil dólares diarios en combustible. Un avión de carga puede consumir más de mil galones por hora; un camión militar típico consume alrededor de 100 galones cada 300 millas; pero la flota de camiones es de miles de vehículos, siendo esta la de mayor consumo.

Esta es la flota militar más grande del mundo. Está compuesta por unas 13 mil aeronaves con alrededor de dos mil aviones de combate; 11 portaviones; 4,657 tanques; más de 360 mil vehículos terrestres blindados; 64 submarinos y 75 destructores.

Tal descripción permite el análisis más claro de todo lo que en el fondo está pasando con Venezuela, teniendo en cuenta que el estatus del petróleo en la mayoría de los países árabes está nacionalizado y las grandes compañías petroleras son propiedad estatal. Empresas como Saudi Aramco en Arabia Saudita o en las empresas de Argelia fueron nacionalizadas desde 1971 y mantienen el control  de más del 80 por ciento. Esto significa que los gobiernos tienen el control total sobre la extracción y uso de este recurso energético y por qué debe ser diferente en Venezuela, esa es una gran pregunta.

Simplemente, a EU le ha ido mal en todas las aventuras en Medio Oriente. Toda esa incursión en las últimas tres décadas, fueron fracasos tras fracasos y eso incluye su salida de Afganistán. De parte de occidente solo es propaganda sínica y descarada. En realidad, esos presupuestos militares que se han impuesto, no detendrán a Rusia, China, Irán, India o los BRICS. Ese incremento armamentístico solo escala a situaciones peligrosas que ponen al tris la propia vida en el planeta y para qué. Con esos presupuestos militares, tan solo el de Estados Unidos, sería suficiente para erradicar el hambre en tres años.

La FAO y el FIDA han calculado unas seis veces menos, la cantidad de dinero necesario para acabar el hambre mundial. Solo el presupuesto militar de Estados Unidos es de 895 mil millones de dólares; estos organismos, han estimado que se necesitarían 267 mil millones al año, para dedicarlos a las zonas rurales y urbanas, así como en protección social para alcanzar los objetivos de llegar al punto de “HAMBRE CERO” para 2030.

Pero la necedad es apoderarse del petróleo ajeno para mantener ese concepto de guerra sostenida promovido y patrocinado por los dueños de la industria armamentista. Ese criterio es el que impera y contra esa idea lucha Venezuela que libra una batalla que está ganando en todos los terrenos y para lo cual no hay premio Nobel que pueda ayudar.

El autor es periodista, analista y escritor

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