Segunda República de Panamá: Balance agridulce veinte años y más después.

 

Miguel Montiel-Guevara

21 de septiembre de2022

Gotas de lluvia, sobre mi cabeza, lágrimas que vienen del corazón…como en la canción rodaron raudas por pómulos y mejillas no el desamor sino la alegría aquel inolvidable día. Nacía la Segunda República de Panamá. Cien años de caminar acompasado con la poesía de Machado. El cielo tributó llovizna con sol aquel mediodía de diciembre 31 de 1999. De pie frente al Administration Building contemplé inmensa nuestra bandera nacional ondear solamente ella en la entrega del Canal a Panamá. Otra bandera, invisible pero allí, estuvo a su lado con letras de fuego: ¡Soberanía o muerte, venceremos! Entre vivas y jubileo circuló un susurro de Mario Benedetti…<los creadores de utopías como Cristo, Freud y Marx abren caminos>. Dejé de llorar. Recibimos el nuevo milenio felices con su ofrenda y una sonrisa irreverente intuyendo que habría otros caminos por andar…
Pasaron los años rumiándonos las entrañas. Balance agridulce. Veinte años y más después de aquel renacer con un solo territorio bajo una sola bandera ¿qué ha logrado el camino recorrido que nos dio el Canal y la inmensa riqueza de bienes revertidos? La maldita pobreza se regodea feliz por barrios del país. José Franco, gran poeta mayor lo plasma en su Romance de las Áreas Revertidas, <los que siempre se opusieron a las luchas panameñas Los que nunca dieron sangre por la zona canalera… Esas áreas revertidas tienen todas las riquezas De futuros privativos, de consorcios que hoy lo sueñan…> Y agrega Pedro Rivera, otro gran poeta mayor <Las moscas preceden a los mercaderes>. ¿Entonces? Caminante no hay camino, se hace camino al andar… ¿Caminar sin mirar atrás? ¿O tal vez des-andar? No, no, no hay marcha atrás ni para coger impulso, como dijo el otro. Resuena otra vez la voz de Benedetti advirtiendo <las utopías no se realizan completamente…> Los caminos de la utopía panameña, mismos de los pobres de la tierra del Apóstol José Martí siguen abiertos. Aún hay caminos por andar que deben ser recorridos. Sea.
+Extracto de mi libro inédito El arte de envejecer.

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