El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra M. Abogado Y Cientista Político Social.
Cierto, el que delinque, está a merced de ser privado de su libertad y pasar a ser reo de cárcel. Eso no se discute, lo que sí es cuestionable es que: los privados de libertad sean objeto de malos trato, entre ellos ultrajes físicos denigrantes e infamantes.En materia de derechos humanos, esto es inaceptable. El estado que tolera y permite violaciones del tipo señalado, lo convierte en un estado violador de normas internacionales (convenios de protección a los privados de libertad).
Las denuncias que madres de privados de libertad y algunas imágenes relativas a un trato ultrajante a los detenidos en la joya, amerita una investigación de la fiscalía de los derechos humanos y de la defensoría del pueblo.
Administrar un centro penitenciario con autoridad y disciplina, no es sinónimo de maltrato. Además, habría que deslindar con claridad la responsabilidad que le pretenden imputar únicamente a los privados de libertad, sobre tenencias de armas de fuego de grueso calibre, mismas que no pueden entrar a esos centros, sin el concurso de quienes tienen que preservar el orden en esos lugares.
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