Discurso que está leyendo en estos momentos, Jaime Flores Cedeño, historiador y abogado, en ocasión del 137 aniversario del ahorcamiento de Pedro Prestán, ante la tumba que guarda sus restos, en la ciudad de Colón.
Y ahorcaron a Pedro Prestán, pero no pudieron matar sus ideas libertarias.
Hoy 18 de agosto se cumplen 137 años del injusto y cruel asesinato del Mártir colonense Pedro Prestán, hombre forjado en los avatares políticos del siglo XIX y poseedor de nobles principios patrióticos.Prestán, oriundo de Cartagena, pero formado en la provincia de Colón, sufrió las consecuencias directas de un régimen centralista en ascenso que había tomado fortaleza con la segunda presidencia de Rafael Núñez en 1884, quien era abanderado de un proyecto político al que llamaron “regeneración” de fuerte contenido antifederalista.
El federalismo se había instaurado en la República 30 años atrás (1863), con la Constitución de Río Negro, que dio autonomía a los departamentos, dando lugar a mayores libertades. En Panamá, el propulsor del federalismo fue el doctor Justo Arosemena “Padre de la Nacionalidad panameña”.
El choque entre federalistas (liberales) y centralistas (conservadores) se hacía cada vez más profundo y llevaría a la guerra inevitable, la cual inició en 1884, principalmente, en Santander y se extendió a otras regiones.
La Guerra, como todas las que se libraron en Colombia en el siglo XIX, causó estragos, muertos, heridos y víctimas inocentes. Su escenario llegó al Istmo de Panamá el 16 de marzo de 1885 con dos líderes: Rafael Aizpuru en la ciudad y Pedro Prestán en Colón, ambos defensores del liberalismo.
Prestán, organizó al pueblo y se dispuso defender la Constitución de 1863, puesta en la mira por el presidente Rafael Núñez. En esta coyuntura se declaró jefe civil y militar de la ciudad de Colón, recibiendo el respaldo de gran parte de la población. En medio del levantamiento llegaron buques armados estadounidenses solicitados por el gobierno central con el fin de sofocar la sublevación popular. Prestán, opuso resistencia al intervencionismo que era objeto el Istmo y creó grupos de defensa dispuestos a defender el territorio.
El 30 de marzo arribaron a Colón dos buques con armas que habían sido solicitadas meses antes en los Estados Unidos. El mando militar estadounidense por órdenes el General Gónima impidió el desembarco, hecho que generó la protesta de Prestán, quien lleva a cabo acciones de fuerza en contra de los capitanes de las embarcaciones y el cónsul de los USA. Ante tales eventos las tropas estadounidenses y colombianas enfrentaron a los insurgentes, los cuales estaban desprovistos de armas, pero tenían la valentía propia de los colonenses.
El caos acontecido provocó un incendio en la ciudad de Colón atribuido falsamente a Prestán ¿cómo sería posible echarle fuego a las calles y barrios que tanto amaba y donde vivía su familia? Todo ello sirvió de excusa para su persecución que tuvo fatal desenlace el 18 de agosto de 1885 en la estación del ferrocarril, cuando es ahorcado bajo el régimen de Núñez y el beneplácito de los USA. Meses antes habían corrido igual infortunio sus amigos: El haitiano Antonio Patroouzeille y al jamaiquino George Davis, alías ‘Cocobolo’.
Colombia y USA, con esta acción intervencionista enviaron un claro mensaje a los panameños referente en no tolerar protestas de ningún tipo en contra del régimen y la desobediencia sería pagada con la cárcel o la muerte, como sucedería décadas más adelante con el Mártir Victoriano Lorenzo.
En sus 33 años de vida, Prestán, dedicó gran parte a defender los derechos de los panameños, no se doblegó ante el poder de la armada colombiana, ni a los fusiles yanquis. Su figura de Mártir y Héroe fue silenciada por las élites oligárquicas en el siglo XX, que vieron en su imagen un mal ejemplo a seguir. Esto pasó de manera análoga con Victoriano y otros héroes populares que las élites trataron de sepultar en el olvido.
El caso de Prestán es digno de admirar, su figura heroica resurgió gracias a los colonenses y la gente pobre, humilde y trabajadora, que se inspiraron en su lucha y verticalidad patriótica. Su legado flamea en lo alto de la cima cada vez que se cometen injusticias y cuando la Patria se ve lesionada por intervenciones foráneas, como la acaecida tras la Huelga Inquilinaria en 1925, el 9 de enero de 1964 y el 20 de diciembre de 1989.
En Prestán está inmerso el sentimiento de Nación y pertenencia al suelo Patrio. Su sangre derramada hace 137 años fue semilla para la lucha tenaz y permanente de los colonenses y el pueblo panameño, que no se inclinan ante el sistema, por lo contrario, se enaltecen en cada Gesta que son protagonistas.
Comparto un pensamiento del escritor Antonio C. Dejanon (1888) biógrafo de Prestán, decía sobre su muerte que:
Murió Prestán como mueren los héroes, como mueren los mártires, como mueren los genios que sucumben bajo los golpes fatales del destino, pero para reaparecer más tarde en la memoria y el corazón de las generaciones venideras como el aroma de las flores que se desprenden de sus pétalos dejándonos mustios, tendidos en el suelo para ir a embalsamar la atmósfera.
El ahorcamiento de Pedro Prestán estuvo patrocinado por las fuerzas norteamericanas que estaban presentes en el istmo
7 Hay varios Likes:) Gracias...