“El territorio nacional no podrá ser jamás cedido, traspasado o enajenado, ni temporal ni parcialmente, a otros Estados.”
Victoriano Rodríguez Santos
La población percibe enorme diferencia en la información brindada por el presidente Mulino, con relación a las conversaciones con Marco Rubio, a las que envía el presidente Trump, a través del mundo.
Algo no cuadra, sin embargo, son momentos en que la población debe estar alerta y unida contra cualquier intervención extranjera, pero también de las posiciones unilaterales que pudiera asumir el presidente Mulino, quien independientemente no puede enajenar ni comprometer terrenos ni administración a gobiernos ni organismos, tal cual está expuesta en nuestra Constitución Política Nacional.
Parecen existir contradicciones que desdicen de la política panameña y la posición que nuestro país ha mantenido de neutralidad, tanto en el Canal como en el territorio.
No se observa movimiento alguno, donde embajadores, cónsules y el propio presidente busquen y logren apoyo internacional contra las mentiras de Trump y eso es peligroso. Un gigante guerrero contra un pequeño país pacífico y neutral.
La injerencia de Estados Unidos (USA) contra Panamá, en cualquier forma, nos haría un país dependiente, vulnerable, entregado y posible colonia de una potencia imperialista extranjera que vive de la guerra, quizás por esa razón se han impedido avanzar en tecnología.
Cualquier entrega de tierras o compromiso de uso, independientemente el accionar, es someterse a ese país y peor el más intervencionista de América, con el cual Panamá tuvo amargas experiencias y hasta asesinato de panameños (ejemplo el 9 de enero de 1964).
Si entregan parte de Darién, aún cuando fuere una pulgada, para infraestructuras de USA, sea para un Centro de recepción de migrantes, bases militares o lo que fuera, es una vergüenza, ofensa y deshonor de nuestros gobernantes a la Constitución Política, al pueblo y la memoria de los mártires de enero de 1964, por lo cual debe recordar que nadie puede estar por encima del Soberano, el pueblo.
Tanto es así, que el Artículo 3, constitucional mandata: “El territorio nacional no podrá ser jamás cedido, traspasado o enajenado, ni temporal ni parcialmente, a otros Estados.”
En consecuencia, la Asamblea de Diputados como la Corte Suprema de Justicia, la población panameña y el mundo tienen que estar pendientes. Basta del sometimiento de nuestros gobernantes. Dios te salve, Panamá.
Economista, educador, humanista.
5 Hay varios Likes:) Gracias...