Autor : Ramiro Guerra M.
Esa media noche, me encontré escoltado por querubines. Eran cuatro.
Cruzando fronteras se nubes, me llevaban hacia algún lugar que ignoraba.
En plena vida, había escuchado, que esos querubines son ángeles que te escoltan al llamado de Padre Mayor.
Algo ocurrió, repentinamente dieron un giro hacia atrás, de vuelta de donde me sacaron. Les llegó una contraorden.
No pasó mucho tiempo, me encontraba nuevamente en la cama del hospital donde fuí a parar por un accidente de tránsito.
Desde entonces, han pasado tres décadas y no he vuelto a ver a los querubines.
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