El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Victoriano Rodríguez Santos
La población está preocupada por el proyecto de ley 163, para la modificación de la Ley 51 de la Caja de Seguro Social, que presentó el Ejecutivo -y la presión que ejerce, para su aprobación, el presidente José Raúl Mulino-.
Muchos de estos diputados adoran y son fieles creyentes -seguidores- de sus dinosaurios dirigentes de partidos políticos, de los cuales, muchos de esos dirigentes son señalados por actos de corrupción o enriquecimiento injustificado.
Estos diputados han olvidado que fue por el voto popular por lo que están en ese cargo, no por el partido político. La población tiene que ir pensando en la revocatoria de mandato, en cada circuito.
Ese proyecto reformatorio -según entendidos y entre ellos diputados independientes-, hay artículos que tienen vicios de ilegalidad, incluso de inconstitucional, pero el presidente Mulino amenaza y casi exige que la población se arrodille frente a ese adefesio, sin protestar.
Los panameños somos mansos, pero no mensos. Esto fue demostrado hasta la saciedad en octubre y noviembre de 2023, cuando el gobierno Cortizo intentó implementar la Ley 406 que prácticamente permitía, la piratería o la venta del país a la empresa minera. Tanto la juventud como los profesionales estamos despiertos y en espera.
El proyecto caza bobos -del Ejecutivo- deja entrever beneficios, pero bien evaluados y analizados resultan inversos y perjudiciales para la población. El programa 120 a los 65, entre otros temas, es uno de ellos, es un subsidio político del gobierno, que no corresponde a la CSS, en consecuencia, la perjudica y debe mantenerse en el Ministerio correspondiente.
El gobierno de Mulino exige sacrificios al pueblo, pero no investiga, sanciona ni intenta recobrar el dinero robado, por empresarios maleantes y funcionarios corruptos. Implica que pudiera haber encubrimiento.
Las organizaciones y la juventud deben estar pendiente del perjuicio que causará la implementación de ese malicioso proyecto de ley, el cual permite al director de la CSS inminentes poderes de adquisición, nombramientos y acciones que repercutirán en la vida de los asegurados. Cuidado y pasa lo que al Rey de España. Dios te salve, Panamá.
La verdad os hará libres y el silencio: cómplice.
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