El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Ramiro Guerra Morales
Ignoro, lo que va en los dos últimos años, a cuanto ascienden las terminaciones de la relación de trabajo, mediando el mutuo consentimiento.
Lo cierto es que los empleadores, mediante este medio, han lanzado a miles de trabajadores, al ejército del desempleo y la informalidad.
Importante señalar, que este medio , de acuerdo de voluntades no tiene nada.
Estos mutuos vienen precedido, de una aceptación forzada, en tanto que al trabajador, lo colocan en el dilema de firmar o no, pero con la amenaza de un despido por causas disciplinarias, si es renuente a firmar.
En pocas palabras, si el trabajador no accede al mutuo, le entregan la carta de despido y de esa manera lo obligan a acudir a los tribunales de trabajo. En consecuencia se simula un mutuo acuerdo, cuando en realidad ha habido coacción por parte del patrono.
Lo peor de este abuso por parte de los empleadores, es que los tribunales, no reparan en desandar estos acuerdos, a pesar que el trabajador alegue que fue obligado. Los jueces laborales, solo le basta que el escrito aparezca la firma del trabajador.
Este tema demanda de formulas legales para evitar que en los mutuos haya mediado elementos que tuercen la real voluntad del trabajador.
Una salida, puede ser, que las autoridades conozcan de tales mutuos por vía de refrendo. Legislar en dirección a que si el trabajador está renuente, la empresa, en un periodo de dos años, no podrá ejercer la acción del despido.
Igual, el juez laboral debe tener el poder, para determinar, cuando se está ante un despido temerario y subjetivo. E indemnización adicionales por esa causa.
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