Por: Ramiro Guerra M.
No lo podía creer, una fila de mariposas de todos los colores, atravesaban al pueblo. Volaban felices y alegres. Seguro estaba que habían salido de su capullo. ¿Hacia dónde se dirigían? No lo sabía.
De repente, algo maravilloso ocurrió. De la fila emergió una jovencita, bailaba al son del aleteo de las mariposas. También saltaba, como queriendo volar. Al hacerlo, dejaba al aire libre, una belleza; nada la cubría. Quedé estupefacto. Era como princesa venida de algún reino, seguramente el de las mariposas.
A medida que las mariposas avanzaban, la tierna y seguramente virgen de tal imagen, se fue desvaneciendo.
Nunca he olvidado, ese episodio de mi vida.
6 Hay varios Likes:) Gracias...