El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por. José Dídimo Escobar Samaniego
Después del fracaso de la reunión entre USA y Rusia y su réplica con la reunión entre la OTAN y Rusia, la situación ha resultado en un aumento de la crispación y tensión mundial.
No es descabellado percibir que la escalada de tensión ha llegado a niveles que presumimos superados y que se discurre en estas horas por senderos peligrosos.
La OTAN quiere ampliarse e incluso de hecho lo ha estado haciendo cuando incorporó a nuestro vecino Colombia como miembro observador hace algunos años, acto que abre en el territorio latinoamericano la posibilidad de que Rusia quiere hacer lo propio en nuestro escenario continental.
Esa política expansiva no debe envolver a nuestro continente dentro del escenario de la confrontación, porque en medio de esta pandemia lo que menos necesitamos es que nos sumen a juegos de control geopolítico y a la exposición de nuestra seguridad nacional de Latinoamérica.
La Paz continental y mundial requiere de la manifestación de la mayor responsabilidad y sensatez de los gobiernos y naciones, sabiendo que todos podremos saber quién empieza la guerra, pero nadie podrá ver a un vencedor, porque ya no tendremos existencia para poder contemplarlo.
Pido a Nuestro Señor Jesucristo, El que Creó Todas las cosas que, confunda entontece a todos los guerreristas que de lado y lado reman para la confrontación y haga vana su perversa pretensión fratricida. Amén
¡Así de sencilla es la cosa!
