Y la Miserableza de gobiernos y las élites del poder económico, que tiene a Panameños viviendo en un ambiente de infra humanidad.
Por Ramiro Guerra.
Jurista, narrativa y cientista político.
En un escenario nacional, sumergido en graves problemas sociales, económicos y nacionales, el poder mediático nos recrea con
con el fenómeno que denominan, el cumpleaños de la princesa de Cañaza. Esto ha sido la noticia del diario y sobre todo de las redes y las televisoras.
Celebro que la joven celebre su cumpleaños, pero la parafernalia que han montado, las redes y los medios de televisión, desnuda la extrema pobreza y pobreza que viven miles de panameños. El país cuenta con lugares, donde no hay agua, carreteras, energía eléctrica. La joven es oriunda de una comunidad cuya gente vive en el límite, muy por debajo de una existencia humana digna. Como ella, hay muchas princesas en todo el territorio nacional; jóvenes sumergidos en una pobreza extrema y sin esperanza de un cambio en un tiempo perentorio, es decir, condenados a un destino cruel de extrema limitaciones.
La princesa de Cañaza, es la mejor evidencia, de la pobreza de humanismo de los gobiernos y de las élites del poder económico, que han manejado millonadas de dólares, concretamente cerca de sesenta mil millones de deuda pública externa en la actualidad, pero donde la luz nunca ha llegado, donde no hay carretera de acceso a sus comunidades, guarnecidos en simulacros de viviendas.
Resaltan el cumpleaños de la joven y con ello ocultan su cinismo y hipocresía, cuando son esos actores de la sociedad que, históricamente han sumergido a los panameños en un mundo de la infra humanidad.
Claro, los panameños somos gentes noble y solidaria. No necesitamos vendernos como filántropos para estar bien con nosotros. Lo que lo hacen, para taquillar, venderse como buenos cristianos, son miserables de siempre. Como olvidar a una que nos mandó busca agua al río para tomar.
La princesa de Cañaza, es el retrato de una sociedad que no le importa nada con esos hermanos panameños, que viven en la indigencia; en una pobreza extrema, siempre esperanzado que algún día llegue la luz, el puente para no aventurarse por ríos peligrosos, donde ir a la escuela es jugarse la vida. Donde, la guaricha es la salvación para estudiar con algo de claridad, a cambio de respirar kerosene y humo.
Que la propaganda no nos nuble el pensamiento crítico frente a estas realidades y la conciencia para hacer todo lo que esté a nuestro alcance y sin taquillar, para que esos hermanos también tengan acceso a una vida digna.
A la joven de Cañaza, que disfrute sus quinces años.
Pero estemos claros. No a la manipulación, menos de servirse de causas nobles, para descifrar su falta de humanismo y para ser generosos cuando las cámaras y las redes están fotografiando y registrando cada imagen.
Recuerden el mensaje de las sagradas escrituras: “Cuando des algo que la derecha no sepa lo que hace la izquierda”.
Dios Bendiga a la Patria!
25 Hay varios Likes:) Gracias...