Todalógica que apunte a negar o mediatizar la verdad irrefutable de que el único titular del Canal es la República de Panamá, es falsaria, irracional y descabellada.
He escuchado y leído una especie de argumento falsario, circulando por las redes. Gatillado por intereses anti Panamá.
Ese argumento, estriba o se centra en el hecho, de que si bien la lucha del pueblo, sus sectores nacionalistas y populares, fueron factor clave para recuperar el canal y erradicar el enclave, los beneficios de esa liberación, no han llegado al pueblo llano; no se ven los beneficios y que los grandes ganadores, han sido las élites del poder económico y con ese argumento, mediatizan lo señalado por el presidente Trump, de amenazar con tomarse el canal.
Cierto que el pueblo , no percibe y siente, que el canal ha servido para beneficio del mismo y esta realidad plantea una agenda democrática en el sentido, que todo los beneficios que se derivan de la operación del canal, lleguen al pueblo.
Lo anterior es una cosa y otra, es la soberanía sobre todo el territorio nacional, cuyo único titular es la República de Panamá. En consecuencia, esa soberanía alcanza toda la vía acuática y el canal.
En consecuencia, hay que ponerle atención a esos argumentos de un canal cuyos beneficios no llegan hacia abajo, para hacerle el juego al presidente y sus posturas monroísta o simplemente allanarse a esa prepotencia del norte de hacerse del canal.
Esos son malos panameños y traidores a la patria, es decir traidores a la patria. El pueblo no debe caer en la trampa de la lógica falsaria arriba citada.
Reiteramos, una cosa es luchar para que los beneficios del canal, llegue a todos los panameños y otra es luchar por la soberanía y la dignidad patria.
A propósito de todo lo anterior, la soberanía es inalienable. No se vende ni se trafica con ella.
En varios artículos de opinión, he denunciado la presencia militar estadounidense en nuestro país, como en el Darién y los permanente vuelos y aterrizaje de aviones en nuestros aeropuertos. (verbigracia Howard).
Todo lo anterior bajo la rúbrica de acuerdos firmados por sucesivos gobiernos y desconocidos por los panameños. En este tema, la asamblea nacional ha pasado agachada.
Hay que tener cuidado con el nacionalismo burgués. Este opera lejos del pueblo y lo aísla de esta luchas. La constitución es clara, la soberanía descansa en el pueblo, en su movilización, tanto nacional e internacional.
Inexplicablemente, no se observa una política exterior clara y coherente .Y eso es peligroso. Me escribió el Dr. Silvio Guerra, señalando que no entiende como el gobierno no ha llamado a México y Canadá ( muchos otros países) a una unidad que tenga alcance latino americano para enfrentar el leviatán yanqui.
Lo escribí hacen algunos días, el gobierno nacional, debe hablarle al pueblo y convocarlo a defender la soberanía. La pregunta que nos hacemos, tendrán los gobernantes de verdad, la voluntad para hacer valer nuestra condición de país soberano e independiente.
Sin soberanía, dejamos de ser estado para transitar hacia una condición de protectorado. Eso jamás lo podemos aceptar.
Frente a lo argüido por el presidente Trump, no hay nada que negociar.
Viva la república de Panamá, soberana e independiente.