Ayer la bancada de vamos entró en franca fractura, debido a que en su seno encontraron disidencia respecto a la aprobación en segundo debate de la ley 163, merced que las diputadas Chandler, Chong y Brenes decidieron seguir su criterio y dar rechazo a la aprobación de la misma. Estas diputadas expusieron constantemente las fallas de la ley y no tuvieron pepitas en la lengua para informar las mismas a sus representados, a quienes realmente se deben. Además, fueron enfáticas al denunciar la falta de transparencia de sus colegas de bancada al incluir, luego de cerrado el proceso de discusión y modificación, modificaciones brujas a la ley que no serian discutidas y que violaban abiertamente el procedimiento según el estatuto interno de la institución. En corto, estas diputadas hicieron a conciencia su labor y, dadas sus exposiciones de motivos, emitieron su voto siguiendo la lógica de un pensamiento crítico.
Pero la arremetida de la que fueron víctimas, particularmente de sus colegas de bancada Richards y Vega, al parecer superó los ánimos de discusión al punto de hacer de las misma blanco de palabras soeces y epitetos, dignas etiquetas de quienes quieren infundir terror. Lo anterior resulta inadmisible y reprochable a la luz de toda lógica de convivencia, sin embargo, no resulta para nada sorprendente.
Basta considerar que estas generaciones de independientes, sin generalizar, nacieron muchas con la soga al cuello, incluso muchas están vinculadas a expresidentes que han sido increpados y cuestionados en materia de transparencia (Diario Panamamérica, 2017. Varela le recuerda a Movin qué ellos son parte de su gobierno), participando en cargos sustanciales del gobierno (contralor y zar anticorrupción). Estos movimientos independientes, no constituidos en partidos políticos sino en ong’s, han mostrado su interés en una juventud harta de la corrupción, al punto de orientar sus campañas políticas, lo que no es para nada reprochable, en dichos males. Dichos movimientos prontamente empiezan a ser vinculados con sectores de poder económico que para nada figuran en sus directivas, pero que a gritos se rumora financian de alguna forma, incluso de modo posiblemente ilegal, torneos políticos y agendas más allá de la transparencia (Diario Crítica, 2015. Movin es Motta y Motta es movin). Igualmente parte de esta generación de nuevos diputados se han nutrido de cursos que son prácticamente adoctrinamiento de parte de los grupos de poder económico para garantizar el cumplimiento de sus ambiciones e intereses, enmarcandolos en la búsqueda del fortalecimiento de la institucionalidad, la transparencia, la lucha anticorrupción y el libertarismo de mercado. Tal ejemplo resulta notorio al evidenciar que algunos de estos diputados independientes vienen de una formación que dedica “mucho esfuerzo a los jóvenes, cultivamos mucho muchachos entre 15 y 20 años, hacemos muchos esfuerzos,tenemos por ejemplo, por lo menos una vez al año una cosa que se llama el caja, conferencia anual Justo Arosemena, entonces encerramos a los muchachos casi como a adoctrinarlos tres días y medio a hablarles de economía de mercado, de estado de derecho, de la importancia de la competencia…de manera que ellos se equipen y puedan entender, hace poco hicimos una donde vinieron 85 candidatos a puestos de elección que vienen del grupo de vamos… “ (Roberto Brenes. Asesor económico del Presidente Mulino y Director de la fundación Libertad. Entrevista dada a Radio Panamá)
No es de extrañar que estos independientes al verse rebasados por la sensatez de sus colegas las acusen de comunistas o de prd, haciendo implícita alusión a que ser prd es ser corrupto más no la impoluta bancada rm o panameñista que los acompaño en la votación a favor del segundo debate. Estos independientes al atacar a estas féminas con semejante epiteto únicamente mostraron lo irracional de su formación, en donde todo es mercado y la equidad, justicia social y pueblo huele a comunismo que hay que llevarlo a hogeras como las que hacían los nazis sus los libros y cultura rica en lógica, filosofía y humanidades. Una reflexión que en esta coyuntura no se puede darse a olvidar es que los títeres son víctimas, pero al mismo tiempo victimarios, y que los autores intelectuales de esta traición son los que sin dar la cara manejan los hilos a favor de sus mezquinos intereses, siempre a la sombra, pues a la sombra actúa la maldad. A chandler, Chong y Brenes los respetos de un pueblo que no han abandonado, que no haya ataduras en sus palabras. Viva Panamá sin jubilaciones de miseria, sin independientes títeres y sin titiriteros qué piden en nombre de la libertad la miseria de los pueblos.
El autor es historiador, pero ante todo pueblo llano.