EDITORIAL

 

El seguro social y proceso de consulta en la Asamblea Nacional de diputados, tiene pocas diferencias entre el conversatorio que se hizo en la presidencia, sobre el tema de la caja de seguro y el proceso de consulta en la asamblea nacional.

La presidencia, se salió con un proyecto de ley, que se rumora que sus reales autores, remite a centros del poder financiero y sus agencias, verbigracia, el FMI y el BANCO MUNDIAL.

Hemos seguido de cerca algunas opiniones de diputados que, subliminalmente con el mismo discurso del ejecutivo, seguramente se allanaran al proyecto 163.

De nada servirán tales consultas, modificaciones que dejan en esencia, las intenciones privatizadoras de los reales autores del proyecto de ley señalado. Sobre todo, lo relacionado, con la intención de hacer negocio con el dinero de los asegurados, lo mismo con las pensiones, que no precisa con cuanto se retirará un trabajador que se acoja al retiro laboral. Situación que sí está claro en la ley actual.

Dejar estas temáticas tal como está en el proyecto de ley 163, dejará en evidencia el claro sometimiento de diputados, al poder ejecutivo o su clara afiliación al sistema de capitalización individual. Lo que de seguro dará cuenta de su abdicación y traición a los intereses de los trabajadores, de la juventud que hoy se levanta y del país.

No se le tiene confianza a ese órgano del estado, cuando de los intereses del país, del pueblo y de toda la clase trabajadora se trata.

Los diputados no se dan cuenta o se hacen los tontos, que cuando el ejecutivo señala que, ese proyecto va porque va y no debe pasar de fin de año, violenta eso e irrespeta al órgano legislativo.

Somos del criterio, que esa falta de confianza en los diputados, pone el balón del lado de las fuerzas sociales, populares y democráticas, para hacer abortar tan malignas intenciones.

La coyuntura coloca en el tapete, la democracia de calles y con ello la soberanía del pueblo en pleno ejercicio.

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