Narrativa Corta.
Autor: Ramiro Guerra.
Un 2 de noviembre, fecha para celebrar el día de los muertos.
Siempre me he preguntado, ¿que celebrar ese día?
Es un día, que los vivos acuden masivamente a los cementerios. Llevan coronas, flores y pintura blanca, para darle un toque de juventud a tumbas y cruces.
Ese día, muy temprano, un grupito de niños, nos ubicábamos cerca de una parte del cementerio, destinados a los muertos de ascendencia china.
Muy temprano, veíamos a chinos, llegar a visitar a sus muertos. Raro él que llegaba con las manos vacías. Una vianda exuberante en platos de comida, dulces y frutas. Otros dejaban monedas de un cuarto de balboa.
Nosotros, niños traviesos, contábamos los minutos. A mediodía, los muertos volvían a quedarse solos.
Con un desenfreno, el grupito vigilante y que asediaba la parte del cementerio donde estaban enterrados los de ascendencia china, como piñata de fiesta, nos abalanzábamos sobre las tumbas para honrar, no a los muertos, sino a un hambre de vieja data. Ese día, no le dábamos cuartel y cual especie depredadora, en cuestión de minutos, no quedaba rastro de vianda alguna.
Algunos, como que sospechaban de semejante sacrilegio y previo a devorar tan abundantes y ricos platos de comida china, se persignaban, diciendo: «por la señal de la santa cruz, gracias Dios mío.
21 Hay varios Likes:) Gracias...