Por: Ramiro Guerra M. Abogado y Cientista Político.
Políticos van y vienen ; promesas no faltan y seguimos como en una especie de punto muerto. Nada cambia en lo sustancial. Como lo señala Baumann, estamos sumergidos en una especie de sociedad líquida; de personalidad disgregada; cambia para no cambiar; como lo dice este eminente sociólogo, la narrativa de la condición humana, ha girado en torno a cincos conceptos básicos, que son : emancipación, individualidad, tiempo- espacio, trabajo y comunidad; conceptos que mantenemos vivos y muertos en nuestros tiempos. Pero nada de lo anterior ha sido obra de la casualidad; el neoliberalismo con sus posturas ideológicas, de pensamiento único, de la única ley verdadera, la de la oferta y demanda, de la negación del sentido y pertenencia de clase; todos somos socios y colaboradores ; lo colectivo y solidario, enemigo del progreso y el crecimiento; la potencia está en el individuo, al mejor estilo de Robinson Crusoe.
Esta ha sido la sociedad diseñada con cálculo en las últimas cinco décadas. Objetivo estratégico de tal enfoque, el no pensar con criterio crítico. Los aparatos ideológicos del poder o de los poderes globalizantes, al servicio de esta estrategia. Como concluye Baumann, todo se diluye y se vuelve a formular para terminar nuevamente diluyéndose. En esta matriz de una especie de corsi – ricorsi, de más de lo mismos, como la lava de un volcán , acumulán energía y esperando, mas temprano que tarde, desborde trayendo al mundo la criatura que haga de la necesidad, la libertad añorada.
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