El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Aida Torres.
Socióloga y Presidente de la Asociación de Comunidades de Área Canalera (ACAC)
Con este proyecto pretenden quitarle al pueblo, lo que Omar Torrijos soñó para el disfrute del pueblo y especialmente de los niños del pueblo.
La intención de llevar a cabo un relleno marino en la calzada de Amador, es una más de tantas violaciones a la ley que enmarca la planificación ambiental y territorial del área revertida, zona que traspaso a Panamá después de la lucha del pueblo por su soberanía, sobre el canal de Panamá, tierras y bienes revertidos. Esta planificación que nació del acuerdo nacional para hacer de los bienes, aguas y tierras revertidas el mayor uso colectivo posible. Hablo del plan maestro resultado del interés de planificar el área de Amador, plan maestro determinado considerando la fragilidad de una calzada para uso de turismo de bajo impacto. Espacio hoy sobrecargado por la ambición, voraz del capital, que tuerce leyes y echa al vertedero la planificación para apropiarse del patrimonio de todos, sin medir los efectos sobre el ambiente. Con la colaboración cómplice de los gobiernos, dirigidos por quienes nunca dieron una gota de sudor por nuestra soberanía.Sin reparo hoy solicitan 108 hectáreas de concesión de fondo marino, lo que está prohibido por constitución, pero confían en el respaldo de quienes los representan desde las instituciones porque no representan a este pueblo, ni tienen el compromiso de conservar la naturaleza, para hoy y para las futuras generaciones; más bien se sienten atraídos por compartir ganancias, y en su voracidad no encuentran limites, sino que se traspasan al mar para rellenar y explotar fondo marino.
Ya se ven las unidades ambientales del MINSA, del MOP y otras, responsables de advertir los peligros, consecuencias, pero se muestran incapaces de asumir su responsabilidad de proteger el ambiente, con una opinión independiente, técnica y científica, que diga la verdad sirviendo al país y no complaciente con los grandes poderes económicos. De esta manera el MOP contesta “no tenemos objeción”, sin sustentar su escuálida respuesta, que nos obliga a preguntar ¿Qué es lo que no objeta el MOP?, tratándose de una obra que demanda vialidad, y el tema es de su competencia. Nos toca esperar que el ministro de MIAMBIENTE rector de la gestión ambiental, no ceda el paso a este proyecto inconstitucional, de grandes impactos ambientales negativos.
El relleno ni es legal ni está en la planificación, y tampoco representa desarrollo social, porque nos despoja de nuestro derecho al mar, de nuestro patrimonio de lucha y viola la constitución, haciendo privado lo que es público.
El proyecto no está dando respuesta a una necesidad social, y cabe mencionar la carencia de proyectos sociales en el territorio recuperado, donde desde su reversión SE VENDE TODO lo que en la lucha se ganó.
El proyecto oferta entre otras, la construcción de áreas deportivas, que a propósito hemos perdido aquellas que revirtieron; algunas privatizadas y otras desaparecidas y entregadas a Panamá Ports para patio de contenedores. Sii, fueron 7 canchas deportivas, nunca repuestas por el puerto.
YA BASTA DEL DESPOJO AL PUEBLO QUE IMAGINO EL TERRITORIO Y EL CANAL REVERTIDO PARA EL PROGRESO DE TODOS
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