Discurso del Lic. Enrique Botello Barría, representando a la Sociedad Bolivariana de Panamá con motivo de la celebración de la víspera de la celebración del 203 aniversario del Primer Grito de Independencia de la Heroica Villa de los Santos Organizado por la Sociedad de Santeños de Juan Díaz en un especial concurso de Tambores.
Lic Enrique Botello Barría
“El velo se ha rasgado, ya hemos visto la luz y se nos quiere volver a las tinieblas, se han roto las cadenas; ya hemos sido libres y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos…”
Simón Bolívar, Carta de Jamaica, Kingston, 6 de septiembre de 1815.
Muy buenas Noches,
En especial a la reina María Milagros Escobar.
Señora Sheyla Chen de Quintero – Presidente de la Unión de Santeños Residentes en Juan Díaz
Señor Omar Elías Castillo – Vice Presidente de la Unión de Santeños Residentes en Juan Díaz
Honorable Diputado del Circuito 8-4 Javier Sucre
Honorable Representante del Corregimiento de Juan Díaz y Abanderado del Desfile Cívico y Folclórico – David Bernal
Señoras y señores, Invitados Especiales;
Distinguidos Miembros de la Prensa;
S.M. María Milagros Escobar, Reina de los Santeños de Juan Díaz 2023-2024, quien preside los eventos que celebran los 203 años del Primer Grito de Independencia de la Heroica Villa de los Santos.
… A 203 años de la gesta de independencia, y el inicio hacia nuestra historia republicana denominado “El Primer Grito de Independencia de la Villa de Los Santos”, Está repleto de hechos trascendentales, donde es el destino quien se encargó de colocar las piezas precisas del rompecabezas de la historia. Realmente este hecho comienza en julio de 1821, cuando fallece en la Ciudad de Panamá Juan de Sámano el último virrey de la Nueva Granada, augurando la debacle a nivel continental del dominio español, y transcurre de la mano del más importante latino americano del siglo XIX Simón Bolívar, nos enorgullece que en este mismo país que acogió el congreso Anfictiónico de 1826, podamos no solo honrar al mítico líder, sino también para mantener viva la llama de la justicia y la moral que son las enseñanzas más profundas que nos legó el Ideario Bolivariano acuñado en América, y que ha sido un ejemplo para el mundo entero.
De la misma forma, cuando nos acercamos a casi dos siglos de la desaparición física del Libertador como hombre, estamos en la obligación moral de renovar nuestro compromiso con su pensamiento, en procura del desarrollo de nuestro pueblo, y de su futuro como nación, creando y fortaleciendo las condiciones para el beneficio de cada uno de sus miembros.
Es el momento preciso, para que nuestros jóvenes entiendan el sacrificio de otras generaciones en el “Primer Grito de Independencia de la Villa de Los Santos” y en las batallas de la independencia de América, donde muchos dieron su vida con el compromiso de que sus hijos vivieran en un mundo más equitativo y libre.
Es el mismo momento, para que los líderes ocupemos nuestra posición, los cambios estructurales por los que transita el mundo de hoy, son nuevos retos y conflictos, a los que otra valiente generación debe enfrentar.
La crisis del Neoliberalismo nos ha abierto los ojos a un mundo donde la mejor respuesta a corto plazo es el compromiso a la libertad de pensamiento, la educación de calidad, justicia verdadera y el respeto a la democracia.
No es para nada cierto que la verdad está en el Norte y los errores en el Sur, el estadista, aplicará el criterio definido de la verdad de su pueblo por encima de las imposiciones arbitrarias de los allegados a los círculos de riqueza, aprenderá desde abajo a ganar batalla por batalla, coordinará como nunca con todos los sectores, y sobre todo hará uso racional de los recursos en beneficio de todos.
Oleadas tras oleadas, seguirán llegando los ataques a nuestra débil posición, mantener el espíritu y la moral altos, es nuestra mayor fortaleza, alentar el crecimiento físico, educativo y moral se volverán las tareas del día.
Aún después de 203 años de nuestro primer grito de independencia, el modelo de Bolívar sigue inspirando el desenvolvimiento social y político, a su muerte, millones de moléculas esparcidas ese diciembre de 1830 a los vientos del Caribe, están inmersas en nuestras poblaciones esperando el momento oportuno de hacer valer su verdad, de hacer de este continente un mejor lugar para legar.
La tarea no es ni será fácil, debemos armarnos de un valor idéntico al de Bolívar cuando cruzó los Andes, de un arrojo sin paralelo para ubicar a nuestros mejores elementos en las posiciones claves, y de tener una estrategia que garantice nuestra victoria, entendiendo la frase del libertador: “Para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios”
En 1812, pasado un terrible terremoto, Bolívar nos impacta con su célebre frase “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”. Frase que solo puede nacer de una mente privilegiada, que conocía perfectamente el espíritu humano, que era el verdadero campo de batalla que él quería y había que enfrentar.
No estaba equivocado, el enemigo natural más duro de vencer es y seremos nosotros mismos, quienes al final del día no logramos entender los retos, no analizamos y corregimos nuestros errores, no damos margen al análisis y procrastinamos nuestros objetivos preclaros cambiándolos algunas veces por cánticos de sirenas.
Bolívar desafió en su momento a la potencia más grande de su época, este mismo reto, se repite mucho en el tiempo, siempre tendremos potencias que deseen ansiosos nuestros recursos, nuestras mentes privilegiadas, apalancarse de nuestra pobreza, minar a nuestra juventud, en todos estos casos, volvamos a la enseñanza que nos dejó este magnífico dirigente, quien resueltamente los combatía con dos poderosas armas la dignidad y la verdad.
Hoy no es mi intención hablar de la muerte, prefiero hablarles del Bolívar vivo, que reina en los corazones de los pueblos, que está aquí y ahora en Juan Díaz, que vive en la barcaza del pescador, que es ejemplo del maestro que enseña en las regiones más apartadas de nuestra campiña, que duele en la espalda del campesino que recoge la cosecha, que crece dentro del vientre de nuestras madres Latinoamericanas y en la taza de café del viejo.
Este Bolívar vivo que somos todos nosotros, que procuramos y necesitamos únicamente, una dirección eficaz, una luz, un faro que alumbre el destino de la patria y que nuestro destino manifiesto que es el de convertirnos en la capital del mundo, sea la meta y que lo podamos lograr.
Quiero concluir mi participación esta noche, felicitando a esta concurrencia, que mantiene encendida la llama del espíritu del Primer Grito de Independencia y del espíritu Bolivariano, que aplican en su diario bregar las enseñanzas dejadas por Simón Bolívar, que son personas que entienden y fortalecen los valores de la patria, que estudian y multiplican el mensaje valioso a nosotros encomendado, y que al final de los tiempos regará la semilla con que reverdezcan nuestros campos y se pueblen nuestras ciudades con mejores ciudadanos para orgullo y gloria de nuestro país.
Viva el Libertador Simón Bolívar, Vivan los próceres del primer grito de Independencia de La Villa de Los Santos,
Muchas Gracias.
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