Por: Eduardo A. Reyes Vargas
Estoy seguro que la mayoría de los panameños aspiran que el ejercicio de impartir justicia en dos instituciones importantes como el Órgano Judicial y el Ministerio Público en su rol investigativo del delito, avance cada día en su adecentamiento.
“Limpiar y ordenar un lugar o una cosa para que tenga buen aspecto”, es el significado del verbo adecentar.
Y el buen aspecto debe ser la buena percepción del ejercicio de sus funciones.
Limpieza es importante en ambos organismos.
Las múltiples quejas muchas veces sustentadas por el desempeño de los integrantes de ambas corporaciones exigen esta impostergable depuración
No es nueva esa preocupación.
Años atrás, si la memoria no me traiciona un destacado jurista calificó a miembros de algunos de estos órganos como “cucarachas” o uso otros ejemplos.
La percepción es que no se logró erradicarlas.
El nombramiento de nuevas Magistradas además de los anteriores por el actual Presidente Laurentino Cortizo C. abren esa esperanza de adecentar ese Órgano en toda su dimensión.
No sabemos qué cantidad de sus funcionarios a niveles de diferentes jerarquías son adictos ya a la corrupción.
Igual ocurre en el Ministerio Público, en especial en la Procuraduría de la Nación, hoy liderada por el licenciado Javier Caraballo reconocido en Usa dentro de su rol en el combate contra la droga.
Muy importante ello, al igual que lo es investigar oportunamente delitos de diferentes orígenes cometido en nuestro terruño.
“Representar a la sociedad y dirigir de forma expedita la investigación de los delitos, con el uso de procedimientos alternos para la solución de conflictos, ejercer la acción penal, con alto grado de competencia, eficiencia y eficacia con transparencia e independencia, cumpliendo las leyes, garantizando la atención y protección a las víctimas y demás intervinientes en el proceso penal, respetando los Derechos Humanos, defender los intereses del Estado y brindar asistencia judicial internacional en los casos que señala la Ley”.
“Ser una Institución integrada por profesionales con principios éticos, comprometidos con la prestación de un servicio integral que facilita el acceso a la justicia, respetuosos de los Derechos Humanos, que generan confianza en la ciudadanía y propician una cultura de paz”.
Así aparece la misión y visión de esta institución en su página electrónica.
Esa forma expedita que dice la misión es una de las debilidades atribuidas a dicho ministerio.
Quizás la causa está relacionada a limitantes presupuestaria y sea una excusa aceptable.
El reciente recorte indica una de dos cosas:
Uso innecesario de recursos o la intención de la Asamblea NACIONAL que desea siga la velocidad del caracol de tierra en las gestiones en ese importante Ministerio.
También se hacen referencias a ciertos comportamientos que parecen vulnerar valores éticos y morales de sus funcionarios.
Como muchas instituciones de Gobierno hay leyes de CARRERA QUE PRETENDEN RESPETAR la estabilidad de dichos funcionarios pero algunas normas dicen: la Estabilidad en el cargo, condicionada a la competencia, lealtad y moralidad en el servicio.
Ocurre que cuando la persona se siente inamovible por estas leyes de estabilidad, su conducta linda con posturas monárquicas o dictatoriales, olvidándose que somos República.
Este Ministerio Público, en especial La Procuraduría de la Nación, que por influencia negativas de la política partidista viene dando ante la opinión pública la imagen de caminos borrascosos debe depurarse.
Verdades o mentiras son las quejas sobre todo en áreas más allá del Puente. Vemos con insistencia el área de Panamá Oeste pero creo es a nivel nacional.
Hay delitos cuya investigación no pueden llevar la velocidad de la tortuga, el caracol de tierra o nuestro conocido oso perezoso.
Niños o niñas abusados, actos libidinosos contra inocentes, violaciones sexuales, homicidios entro otros delitos causan profundas secuelas en la salud mental de los que están afectados directa o indirectamente.
La justicia y sanción temprana que parte de la investigación mitiga en algo ese daño.
Reconocemos que hay procesos más complejos que otros, pero no lo son todos.
Existen las auditorías internas y las supervisiones en el campo. Estas últimas sin avisar.
Como en otras instituciones públicas deben encontrarse bellezas.
Le toca al Lcdo. Caraballo y sus comprometidos colaboradores investigar estas insinuaciones y depurar su institución al igual que los nuevos Magistrados hacer esa labor en el Órgano Judicial.
Que nuestra ciudadanía reconozca su desempeño dentro del país, como han hecho recientemente instituciones de USA en materia del crimen internacional.
Ojalá en próximas encuestas imparciales se conozca la percepción ciudadana de estas dos organizaciones importantes para la paz integral de una nación.
No creo necesario que tenga que surgir en Panamá un sentimiento bukelista para que ello ocurra, pero no se descarte.
La gran sociedad salvadoreña no lo sospecho y llegó.
Como ciudadano ante todo y preocupado por nuestra muy deteriorada imagen nacional e internacional en materia de transparencia hago esta reflexión.
0 No hay Likes:(